IES Lope de Vega (Madrid) - 1º de Bachillerato
Primer encuentro y primera visita al Prado
En nuestra primera visita al Museo del Prado el 26 de enero nos encontramos las dos mitades de la clase , ya que hasta ese momento no habíamos coincidido por estar el grupo dividido en dos por la pandemia. Para unos era la primera vez que visitaban el Museo, mientras que para otros supuso verlo bajo una nueva mirada y rodeados de compañeros que hablaban el mismo lenguaje de amor al arte y de interés por los cuadros. También nos sentimos acompañados por nuestros cuadernos, lo que nos proporcionó una intimidad que no habíamos sentido antes en otras visitas.
Agradecemos al Museo del Prado y especialmente a Ana Moreno la generosidad con la que nos recibieron y la posibilidad de realizar este proyecto tan enriquecedor.
Después de la puesta en común de nuestra ideas para empezar la película que realizamos en el auditorio del Museo, nos propusimos realizar una mirada desde una perspectiva cinematográfica algunos de los cuadros del museo, ya que pensamos que muchas de las obras expuestas tienen una relación directa con la historia de la imagen y del cine y que algunos de los pintores expuestos serían grandes directores de cine en nuestros días.
Nos hemos fijado mucho en las lentes, la perspectiva, las luces, los colores y los personajes. En clase, Laura Gass nos ha hablado sobre Las doce de Cecilio Pla, porque le ha llamado mucho la atención el enfoque preciso en la mano del hombre y la poca profundidad de campo.
Y Andrea sobre Combate de mujeres, se ha fijado mucho en los dos personajes femeninos porque no podía distinguir entre quién representaba al vicio o a la virtud.
Martín no pudo venir al museo porque estaba enfermo pero en la web se fijó en la Dánae de Tiziano. Destaca la emoción de Danae desesperada, aburrida, le cae oro pero ya no le sorprende, la mano en postura de hartazgo. Nos fijamos en la pincelada suelta que hace sentir cierto desenfoque y aporta mucho a la emoción de Danae.
A Mario le fascinó el Embarco de Santa Paula de Claudio de Lorena, cuando nos reunimos luego en el auditorio, nos comentó que le hubiera gustado estar dentro de ese cuadro cuando Lorena lo estaba pintando, por la belleza del lugar y por la luz suave y dorada.
Cecilia cuenta que se tuvo que detener un rato, extrañada, ante un cuadro de Velázquez, Pablo de Valladolid, no porque le resultara especialmente bello, sino porque era diferente a todos los demás cuadros, le pareció que el personaje estuviese “flotando y a la vez bien puesto en el suelo”
A Vidal le llamó la atención la composición de la Inmaculada Concepción de Valdés por su composición y el juego de espejos.